Un total de 183 barcos de palangre de superficie españoles, seis de ellos en la Región de Murcia, podrán pescar especies altamente migratorias, según la resolución publicada este martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE), que actualiza el censo unificado de esta pesquería.
Este censo recoge los 183 barcos palangreros de superficie que actualmente conforman la flota española e indica las zonas donde están autorizados a faenar, así como los porcentajes de pesca permitidos para las especies sujetas a totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas en cada una de estas áreas.
La mayor parte de esta flota tiene su puerto base en Galicia, con 127 buques, mientras que el resto se distribuye entre Andalucía (33), Cataluña (9), la Región de Murcia (6), Canarias (3), Valencia (3) y el País Vasco (2).
El palangre de superficie es un arte de pesca que nació en España en el siglo XIX. Se caracteriza por ser muy selectivo y se dirige a la pesca de especies migradoras como el pez espada y la tintorera, altamente demandadas en el mercado español.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha recordado que la flota española de palangre de superficie es una de las más importantes del mundo, con barcos que operan en los océanos Atlántico, Índico y Pacífico, así como en el mar Mediterráneo. Además, la actividad de esta flota se encuentra regulada por organismos internacionales como la Comisión Internacional para la Conservación del Atún en el Atlántico (CICAA), la Comisión de Túnidos en el Océano Índico (CTOI) y la Comisión Internacional Atunera del Océano Pacífico Oriental (CIAT).
España es un país pionero en el desarrollo normativo de esta actividad y ha implementado medidas de control antes de que fueran obligatorias en la Unión Europea o dentro de las organizaciones regionales de pesca. Un ejemplo de ello es la incorporación de observadores científicos para mejorar la sostenibilidad del sector.
El departamento dirigido por Luis Planas también ha destacado el esfuerzo del sector en proyectos tecnológicos para la gestión sostenible de la pesquería, como el programa ‘Fipblues’, que busca mejorar la trazabilidad y reducir el impacto ambiental de la actividad pesquera.