La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, ha anunciado este martes que Murcia asumirá la capitalidad de la Economía Social el próximo año 2025.
Tras Toledo, Teruel, Santiago de Compostela, Donostia y Valencia, la capital murciana ha sido designada en esta ocasión, tras las peticiones realizadas desde el Ayuntamiento de Murcia a través de Ucomur.
Díaz, durante el Consejo de Fomento para la Economía Social celebrado en Madrid, ha dicho que Murcia «es una tierra resiliente y emprendedora, una ciudad con amplio tejido social y cooperativo, muy presente en la vivienda, la educación y los cuidados».
Según la vicepresidenta, la Economía Social «está poniendo de relieve la importancia de cooperar entre aquellos que piensan diferente, haciendo del diálogo la mejor forma de avanzar para mejorar la vida de la gente».
Además, Naciones Unidas ha declarado 2025 Año Internacional de las Cooperativas, la fórmula empresarial más difundida de la Economía Social, por lo que desde Murcia se aprovechará también la ocasión para dar una mayor visibilidad a este modelo económico que en España supone más del 10% del PIB, con más de 2,3 millones de empleos directos e indirectos.
Desde el sector de la economía social se reconoce la relevancia de este modelo económico sostenible y solidario en la Región de Murcia, por lo que su candidatura ha contentado a todos y hará convertirse a la capital en lugar de referencia para el intercambio y el encuentro entre todos los actores comprometidos.
Durante los próximos meses en la capital murciana se darán cita las instituciones, iniciativas y proyectos más destacados de la economía social en la actualidad como la Alianza Cooperativa Internacional. Además, Murcia será testigo de destacadas actividades como la celebración de unos premios europeos, congresos internacionales, encuentros entre comunidades autónomas, un foro de liderazgo femenino en Economía Social o una feria de cooperativas para escolares, entre otros.
«El modelo de capitalidad de la Economía Social permite a una ciudad poner el foco no solo en las cooperativas, sino también en las distintas alternativas empresariales como las sociedades laborales, centros especiales de empleo de iniciativa social, cofradías, así como asociaciones vinculadas al movimiento de la discapacidad y de la inserción de personas en exclusión o fundaciones, entre otras», ha destacado el Ministerio de Trabajo y Economía Social.