El Gobierno Federal de EEUU reabrió finalmente tras 43 días de cierre, el más largo de su historia, después de que el Congreso aprobara un presupuesto provisional hasta el 30 de enero, fecha límite para aprobar partidas del ejercicio completo y evitar otra suspensión parcial.
El paquete de continuidad presupuestaria, firmado por el presidente Donald Trump, garantiza financiación temporal para las agencias del Gobierno y crea mecanismos para prevenir cierres como el reciente. En particular, se asegura que el Departamento de Agricultura mantenga fondos durante todo el ejercicio para el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), del que se benefician al menos 1 de cada 10 estadounidenses.
El acuerdo permite que aproximadamente 670.000 empleados federales regresen a sus puestos tras estar 43 días sin trabajar ni cobrar, mientras que los cerca de 730.000 funcionarios considerados esenciales recibirán sus nóminas atrasadas. A estos últimos, el último pago parcial correspondió a mediados de octubre, cubriendo solo los días trabajados del segundo tramo de septiembre.
Se espera que la medida reduzca los problemas en el transporte aéreo, que había reducido su actividad hasta aproximadamente 10% en los 40 aeropuertos con mayor tráfico, provocando miles de retrasos y cancelaciones desde el 7 de noviembre debido a la falta de controladores y personal crítico.
La aprobación de la partida presupuestaria contó con el apoyo de ocho senadores demócratas que votaron contra la disciplina de su partido, y el Congreso también suspendió los 6.000 despidos que se habían aprobado tras el inicio del cierre, bloqueando nuevas reducciones de personal federal hasta enero.
En la ceremonia de firma, Trump agradeció a los legisladores que apoyaron la medida y aseguró que no permitirán otra «extorsión» en las negociaciones presupuestarias, mientras los republicanos prometieron que se votará en el Congreso la extensión de los subsidios del Obamacare. Estados Unidos ha utilizado durante décadas resoluciones de continuidad presupuestaria, presupuestos parciales y proyectos «omnibus», y el último presupuesto anual completo se aprobó en 1997.
El cierre respondió a la negativa de los demócratas a aprobar continuidad presupuestaria sin compromiso republicano sobre la extensión de subsidios de Obamacare, mientras los conservadores exigían primero reabrir la Administración para negociar después.
