El Comité de Asesoramiento Científico del Mar Menor ha aconsejado la instalación puntual de redes antimedusas en zonas “muy limitadas” y solo si la situación lo requiere.
Durante la reunión mantenida en la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor, los científicos expusieron los resultados de los muestreos realizados durante 2024, que evidencian una presencia significativa de éfiras (larvas de medusa), que pueden evolucionar o no a ejemplares adultos.
El Comité, que ha contado con la presencia del secretario general de la Consejería, Enrique Ujaldón, el director general del Mar Menor, Víctor Serrano, y el portavoz del Comité Científico, Emilio María Dolores, ha destacado que la menor disponibilidad de nutrientes respecto al pasado año puede reducir la población frente a la del verano del 2023.
Otro factor determinante para la presencia de medusas en zonas de baño son los vientos predominantes de Levante, que provocaron el año pasado que la incidencia de presencia de medusas fuera especialmente notable en la zona norte del Mar Menor.
Ante estas circunstancias, el Comité Científico prevé una situación “similar” a la del pasado año respecto a la población de medusas en la laguna salada. Los científicos aconsejaron el uso de redes antimedusas “en situaciones muy excepcionales y siempre bajo unas recomendaciones de mantenimiento muy exhaustivas que permitan garantizar el equilibrio del ecosistema”, explicó el portavoz.
Tras la decisión del Comité Científico, la Consejería ha puesto en marcha la correspondiente solicitud de autorización ante la Demarcación de Costas para que la Comunidad lleve a cabo la instalación en áreas muy limitadas del Mar Menor, que sería “prácticamente inmediata” gracias a que las playas ya se encuentran balizadas.
Instalación “puntual y quirúrgica”
El portavoz precisó que la instalación de estas redes en la zona norte sería “puntual, casi quirúrgica, y bajo unas directrices muy claras”. Las pautas de mantenimiento, además, serían “muy exigentes y estrictas para evitar que disminuya la calidad del baño en la zona interior del Mar Menor”.
Además, se precisa “una labor de conservación permanente y constante que consiste en la sustitución frecuente de los paños de red para evitar afecciones al ecosistema, por la acumulación de algas o medusas que puedan disminuir el intercambio de agua con la zona de baño”.
Esta sustitución precisará de una revisión previa para evitar a la fauna, “particularmente a los caballitos de mar que puedan adherirse a la red, o el embolsamiento de medusas”. Todas estas directrices se incluirán en las instrucciones técnicas para la ejecución del contrato de colocación de las redes.