La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha presentado este miércoles su estrategia para impulsar la contratación pública de empresas europeas y reforzar la competitividad industrial de la Unión Europea. Con el objetivo de hacer frente a potencias como China y Estados Unidos, la propuesta busca contrarrestar las condiciones desiguales y las subvenciones poco transparentes que, según Bruselas, benefician a estos competidores.
La iniciativa, bautizada como ‘Brújula para la Competitividad’, se basa en las recomendaciones del informe del ex primer ministro italiano Mario Draghi. Aunque el plan no cuenta con un presupuesto asignado, plantea una reforma de la directiva de contratación pública en 2026 para favorecer a empresas europeas en sectores críticos como la Inteligencia Artificial, tecnologías limpias, robótica y materiales avanzados.
Entre sus objetivos, la estrategia busca reforzar la seguridad tecnológica y las cadenas de suministro, simplificar la regulación y premiar a las empresas que lideren la innovación en la transición verde y digital. Bruselas también prevé lanzar el Pacto para una Industria Limpia, un Plan de Acción para una Energía Asequible y la Ley de Aceleración de la Descarbonización Industrial, además de estrategias específicas para sectores como la siderurgia, la metalurgia y la industria química.
Para fomentar la demanda de productos bajos en carbono ‘Made in Europe’, la Comisión prevé desplegar incentivos financieros y potenciar la agregación de la demanda, siguiendo el modelo de las subastas de gas e hidrógeno. Además, Bruselas busca fortalecer su liderazgo en tecnologías cuánticas, esenciales para la seguridad digital, a través de una futura Ley Cuántica que unificará normativas y fomentará la inversión en computación y telecomunicaciones.
Otro de los ejes clave de la estrategia es una reducción de la burocracia sin precedentes. En febrero, la Comisión presentará una propuesta para recortar trámites en materia de sostenibilidad financiera, diligencia debida y taxonomía. Además, se evaluará la creación de una nueva categoría de empresas intermedias entre pymes y grandes corporaciones, que podría beneficiar a unas 31.000 empresas europeas.
El documento también destaca la creciente amenaza del cambio climático sobre la competitividad europea, con referencia a los recientes fenómenos meteorológicos extremos. En respuesta, la Comisión prevé desarrollar un Plan Europeo de Adaptación Climática y una estrategia específica para la gestión del agua, una prioridad para España y otros 20 Estados miembro.